Así como el software impregna nuestro día a día, las aplicaciones se han convertido en algo esencial para muchas de nuestras actividades diarias. Si un programa gestiona cualquier tipo de aparato, ordenador o tablet; una aplicación tiene una función mucho más concreta ya que sirve para llevar a cabo actividades más específicas.

Usamos aplicaciones para hablar con amigos por whatsapp, para reservar un billete de tren o para comprobar que todo está bien en casa cuando estamos de vacaciones a través de una cámara. Para gestionar todo esto el usuario deber tener una buena experiencia con la aplicación y para ello es imprescindible que esta esté bien traducida o localizada.